En mi anterior “post” de 25 de abril mencionaba dos artículos del número 124 de la revista
In-fàn-cia.
Montserrat Benlloch es la autora del segundo (“
Con ilusión también se enseña: los bits de inteligencia o como aprender a decir nombres”). En él propone un cambio en la metodología de la actividad de los bits.
Quisiera aportar por mi parte la investigación recogida en mi
tesis doctoral “
Programa de Estimulación Temprana: Análisis Interpretativo de una realidad”. Y haciéndome eco de la sugerencia de la Sra. Benlloch, explicitaré brevemente la adaptación escolar de la actividad de los bits.
¿Qué es un bit?
Un bit es un cuadrado de cartulina blanca dura, de 28 x 28 cm. donde al frente se pone una imagen precisa, clara, grande y de sólo un elemento, y por detrás se escribe el contenido de lo que hay delante. Los bits se agrupan por categorías y cada categoría dispone de un concepto inclusor y de aproximadamente diez bits relacionados. Las categorías se cambian cada dos semanas. No hay número establecido de categorías: pueden ser desde una hasta quinientas categorías de diez bits. Por lo tanto, cada escuela trabajará con las que tenga, pueda componer o comprar.
Contenidos Los contenidos de cada categoría deben girar en torno a las Unidades de Programación que se trabajen en cada centro escolar. Concretamente los bits han de servir de material de apoyo para los contenidos del área del entorno natural. Por este motivo los bits se llaman Bits del entorno.
De esta manera los contenidos de los bits se acercan a los intereses de los niños. Los animales salvajes, los personajes de ficción, la obra pictórica de Picasso, las flores o los edificios modernistas, son algunas de las categorías que se pueden pasar a los niños ya la vez relacionar con la programación.¿ O es que nuestros alumnos no se muestran interesados por un león?¿ No es verdad que los más pequeños disfrutan con Pingu? ¿Por qué los niños y niñas del ciclo infantil no pueden admirar el Guernica de Picasso? ¿Qué hace pensar que los más pequeños no puedan conocer una rosa o una margarita? ¿Es que los niños no se pasean por Barcelona y ven La Pedrera? No se pretende enseñar cosas complicadas, lo que pasa a veces es que son complejas para los adultos y se extrapola la dificultad a los niños.
Didáctica de los bits del entornoLos bits se aplican a una actividad denominada Pase de Bits del entorno. Esta actividad se realiza dos veces al día en un solo idioma, a poder ser el vehicular de aprendizaje. Los niños y niñas deben estar sentados delante de la maestra. Esta toma la categoría de bits, siempre en el mismo orden durante los primeros días de la quincena, y pasa de atrás hacia el frente, con mucha rapidez y agilidad, al mismo tiempo que verbalizando (leyendo por detrás) el contenido con claridad y firmeza. Cuando se han realizado cuatro o cinco pases se puede alterar el orden de los bits para que los niños no memoricen una secuencia de datos. La información verbal debe coincidir con el pase de cada bit del entorno. La duración aproximada de cada pase categorial es de unos quince segundos aproximadamente. Si se excede en el tiempo la atención del niño disminuye y la lentitud le aburre.
A quién va dirigidaPuede dirigirse tanto a niños y niñas de menos de tres años como a los de cuatro y cinco años. En algunas escuelas se hacen pases de bits del entorno a los cursos de Primaria. Y es muy conveniente, por supuesto, con niños/as de necesidades educativas especiales. De hecho Glenn Doman empezó a trabajar en sus inicios con niños lesionados cerebralmente. Por otra parte, me consta de alguna experiencia con abuelos y abuelas.
Objetivo de los pases de bits del entornoMe ha gustado mucho la pequeña anécdota del Dr. Peyman, premio Nobel de física 1965, que utiliza Montserrat Benlloch en su artículo. Ilustra muy bien sobre lo que hacen algunas escuelas cuando sólo aplican, y bastante mal, el material de los bits. Es cierto, hay mucha diferencia entre saber el nombre de una cosa y conocer el concepto. O como dice la autora entre compartir palabras y compartir significados o conceptos.
El objetivo final no es que los alumnos memoricen cada bit y reciten como un loro, tal y como apunta la señora Benlloch. La meta es que un estímulo visual y auditivo como el bit proporcione red neuronal, como cualquier otro estímulo visual, auditivo, táctil, olfativo o gustativo. El pase de bits del entorno no tiene como finalidad dar significado a las imágenes, aunque muchas v
eces se consiga. Ni siquiera pretende compartir palabras, si bien la mayoría de veces también se alcance.
Como material tiene el objetivo de que el niño no sólo mire sino que observe y que no sólo sienta sino que escuche, es decir, estimular las inteligencias visual y auditiva. Como actividad didáctica pretende conexionar estas inteligencias con cualquier otra (citadas en líneas anteriores), y especialmente, con la científico- natural. De este modo cada alumno le podrá dar, en su caso, los significados convenientes. Para ello es esencial aplicar también otras actividades del Programa de Estimulación Temprana como el paseo, los experimentos, las repeticiones lingüísticas, los talleres manipulativos, las cajas de sorpresas táctil, olfativa y gustativa, etc.
ConceptosDebe quedar bien claro que el hecho de que un niño repita como un loro la información de un bit, no significa necesariamente que la adquisición de su concepto esté clara Para ello hay que estimular otras inteligencias y que conecten entre ellas. Hay que dar nuevas informaciones o informaciones complementarias que relacionen estos estímulos con otros. Se conseguirá sobre todo si hay una buena estimulación de las inteligencias motoras o de salida y de las individuales o intrapersonales. Sólo la variedad y riqueza de actividades didácticas permitirá a los niños dar significado a los estímulos de entrada ya las actuaciones de salida.
Por tanto, si limitamos a un grupo de alumnos sólo a la actividad de los bits es como si se pasaran un rato mirando la televisión. Ya sabemos que esta no es buena ni mala en sí, todo depende del uso que se haga. Con el pase de bits pasa lo mismo. Si no va acompañado de la estimulación de otras actividades e inteligencias el niño permanecerá inactivo y sólo obtendrá información visual y auditiva.
Lenguaje
En cuanto a la adquisición del lenguaje, la autora sostiene que éste no debe confundirse con la adquisición de léxico. ¡Claro que no!. Los bits del entorno no estimulan explícitamente la inteligencia lingüística. Hay otras actividades didácticas que si que pretenden incidir en la estructura del lenguaje: conversaciones, repeticiones lingüísticas (poemas, canciones, trabalenguas, cuentos, adivinanzas), pase de rótulos lingüísticos, contrarios, talleres manipulativos, etc.
Por otra parte, Montserrat Benlloch afirma que “para aprender palabras difíciles y nuevas los niños analizan activamente las relaciones entre éstas y sus referentes y nosotros lo propiciamos elaborando contextos adecuados para estos aprendizajes. Estos contextos suelen contener objetos, actividades y palabras. Una de las propiedades de estos objetos, la más convencional de todas, es su nombre, pero no es la única”. Evidentemente, no es la única, pero es una. El pase de bits del entorno, a pesar de no ser su objetivo primordial, contribuye a esta calidad ofreciendo un amplio vocabulario que junto con las otras actividades didácticas (contexto adecuado) propiciarán las relaciones y referentes que sea necesario (conexiones con otras inteligencias ).
Evaluación
Coincido con la autora que no es malo enseñar a identificar fotos a niños de tres años. Pero difiere en que si sólo queremos que repitan el nombre de una foto el propósito se parezca bastante a lo que persiguen los domadores de perritos bailarines. Cuando queremos que los más pequeños de tres años conozcan los miembros de la familia cercana y lejana, o los animales de granja que nunca han visto presencialmente, les enseñamos fotos para que asocien la imagen con el nombre. El aprendizaje asociativo tiene enormes limitaciones pero es tan importante como cualquier otro para adquirir según qué conceptos. Sin embargo éste no debe mezclarse con la evaluación del pase de los bits.
Después de una quincena de pase de los bits del entorno casi todos los alumnos podrían repetir, lo que ven en las imágenes si se les sometiera a tal asunto. Pero no se debe propiciar. Y mucho menos la maestra debe mostrar una sonrisa si efectivamente los niños aciertan una imagen, o actitudes correctivas si se equivocan. Identificar cada bit no es el objetivo.
Además, si así fuera, cuál sería la angustia del docente ante un niño o niña que no repitiera como un loro cada imagen que ve? ¿Qué debería hacer? Tres, cuatro, ... cinco pases de bits del entorno al día? ¿Proponer un ACI, tal vez? ¿Avisar al equipo psicopedagógico para hacer un diagnóstico y poner un refuerzo individual? Mantener una entrevista con los padres para saber si ha habido cambios familiares que pudieran alterar el proceso de adquisición del niño o niña?
¿A que es desproporcionado? Claro. Estoy exagerando con toda la intención. La evaluación de los bits del entorno como material se basa en la observación del docente de las actitudes de los niños durante la actividad del pase, y sobre todo, de la manipulación de los bits por parte de los alumnos. Pero si lo que se quiere evaluar es si hay niños y niñas que dan significado a unos bits determinados, la evaluación no sólo se basará en el pase de bits sino que será imprescindible hacerla conjuntamente con otras actividades de la detección del entorno o de otras áreas que se relacionen. Lo que ya estamos acostumbrados a realizar en nuestra labor del día a día. Ni más ni menos.
Consideraciones finales:A pesar de todo lo que he expuesto de
Glenn Doman, creo que debemos ser justos con él. Gracias a sus postulados, científicos o no, en algunas escuelas infantiles desde hace unos años estamos utilizando unos materiales que elaboró en la década de los sesenta del siglo pasado. Han pasado casi cuarenta años y ahora estamos aplicando en las aulas unas actividades que él ya hace décadas que postula con cierto éxito a un público predispuesto.
Lo hace de una manera más que discutible, pero es cierto que para la idiosincrasia de cada escuela, éstas y otras actividades didácticas que propone la
Estimulación Temprana de las Inteligencias, son de gran ayuda en el proceso educativo de nuestros alumnos de Infantil, al tiempo que los motivan y animan en sus aprendizajes. Pienso que aunque
Doman no sea un pedagogo ni un gran científico (pensemos cuantos de los grandes precursores psicopedagógicos lo son) debería estar en las enciclopedias de Psicopedagogía para originar este debate y para contribuir al nuevo aire que se respira en algunas escuelas infantiles y en muchos de sus docentes.