1 de abril de 2010

La teoría de las Inteligencias múltiples

La teoría de las Inteligencias múltiples es un modelo propuesto por Howard Gardner en el que la inteligencia es entendida como un conjunto de potencialidades diversas, distintas e independientes pero que funcionan conjuntamente. Hasta hace muy poco tiempo la inteligencia se consideraba algo innato e inamovible, se nacía inteligente o no, y la educación no podía cambiar ese hecho. No se puede negar el componente genético que capacita al ser humano como lo que es, pero esas potencialidades se van a desarrollar de una u otra manera dependiendo del medio ambiente, de las experiencias vividas, de la educación recibida, etc. Hoy se definen las inteligencias como unas capacidades, competencias, habilidades o destrezas que se pueden estimular y desarrollar.




Con esta definición se amplía el campo de lo que se ha entendido por inteligencia hasta ahora, y se establece lo que ya se intuía desde hace algún tiempo: un gran expediente académico no es garantía para desenvolverse con cierto éxito en la vida. Hay personas con gran capacidad intelectual pero incapaces de, por ejemplo, elegir correctamente a sus amigos; por el contrario, hay gentes con un currículum escolar poco brillante que prosperan en el mundo de los negocios o en su vida personal. Triunfar con una peluquería o en un deporte también requiere ser inteligente, pero cada campo utiliza tipos de inteligencias distintos. Dicho de otro modo, el peluquero Lluís Llongueras no es más ni menos inteligente que la nadadora Gemma Mengual, simplemente sus inteligencias pertenecen y conexionan campos diferentes. Ningún deportista de élite llega a la cima sin entrenar, por muy buenas que sean sus cualidades naturales o genéticas, como tampoco lo consigue ningún peluquero, matemático, poeta o comercial.

Sólo hay que tener claro que todos los seres humanos tienen múltiples inteligencias, que pueden y están capacitados para la estimulación y desarrollo de todas ellas, y que no hay ninguna mejor que otra, sólo se necesitan entre ellas. Un ingeniero se nutre de una inteligencia científico-natural bien desarrollada, pero también necesita, entre otras, de la inteligencia lógico matemática para poder realizar cálculos estructurales complicados, de la inteligencia emocional para poder presentar sus proyectos, de la inteligencia cinestésica para trasladarse de un lugar a otro, de la visual para observar todos los componentes de una obra, de la táctil para diferenciar las cualidades de los materiales, de la artística para realizar mapas o planos, de la cognitiva para buscar estrategias para resolver problemas, de la trascendente para reflexionar sobre las finalidades últimas de sus trabajos o de la moral para respectar la legislación vigente implícita o explicita.

Todas las inteligencias son igual de importantes para desarrollarse con más o menos éxito por la vida pero, en cambio, el sistema escolar vigente no las trata con esa igualdad. Aunque con las nuevas leyes y decretos se va acercando a nivel teórico, en la práctica los docentes siguen priorizando (por instrumentales, dicen) la inteligencia lógico -matemática y la lingüística. Es absurdo que se siga insistiendo en que las materias fundamentales son la lengua y las matemáticas, y que se actúe como si todos los alumnos y alumnas aprendieran de la misma manera. No hay suficiente con presentar los contenidos curriculares de formas muy diversas, se han de tener muy en cuenta las estrategias, habilidades, hábitos, actitudes, motivaciones, recursos y actividades que se deben utilizar. Ya es la hora de asumir la inteligencia multidimensional y la pedagogía para estimularla y trabajarla óptimamente.

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